Me siento enfadada

Últimamente me enfado por cualquier cosa, basta cualquier comentario que no me gusta, un mal gesto de alguien, o simplemente que los planes que me molesto en organizar no salen casi nunca. Creo que no me gusta nada mi vida actual, pero difícil solución tiene esta cuestión…

También a veces me sorprendo desconcertada, sobretodo por el comportamiento general de las personas que me rodean. ¡No puedo evitarlo!, me crispan, me siento manipulada por los llamados «íntimos», que se aprovechan de la situación y de la bondad que demuestro cada día hacia ellos, encargándome de todo para que ellos vivan bien, ¡y tan ricamente!

Me gustaría que valoraran todo el esfuerzo que tengo que hacer cada día, echando mucho arrojo para poder salir adelante. Pero esto es una meta imposible de lograr, sobretodo por las buenas, pues la gente se acomoda  y lo considera una situación normal. Yo estoy ahí, disponible siempre, y ya está, así de simple,

Al final del día, a veces me pregunto, ¿Pero que hago yo aquí?, y me dan ganas de escaparme de tan pesada situación, aburrida y sin ganas de nada, sin gota de ilusión.

Y llega un día más, y me levanto pronto para empezar de nuevo todo tipo de obligaciones creadas, unas por  mí, y otras impuestas, pero al fin y al cabo, todas mías… Y así continúo en esta desbordante rutina, que me ahoga con fuerza y me agota. Me deja sin energía.

Para intentar contrarrestar, intento evadirme con cualquier otra cosa, dejar mi mente volar hacia otro lugar, soñar con otra vida, o simplemente imaginar que no estoy aquí. Incluso a veces me he planteado desaparecer, irme lejos dejándolo todo, pues estoy harta de pasar desapercibida. ¿Quizás soy un mueble? o ¿quizás una máquina de servir?.

Creo que los demás piensan que no tengo sentimientos, y solo cuenta su egoísmo sangriento, que me enerva y me exalta. ¿Qué pasa, que yo no cuento?. Les da lo mismo, lo veo claro, pues esto lleva años ocurriendo, y nadie parece darse cuenta de este sufrimiento que llevo arrastrando en el tiempo.

Si me observaran se darían cuenta, de que mi autoestima está perdida desde años mil, de que no sé decir que «no» a nada, y así me va, claro, ¡fatal!.

Ya no sé a que aferrarme para poder seguir adelante, nada me inspira ánimo ni bienestar. Sólo dejo, sin pena ni gloria, el tiempo pasar, un día y otro, en los que nada me importa, sin emoción ni felicidad. Siempre cabreada, de mal humor, con un enorme malestar.

Creo que incluso si me preguntaran qué quiero ahora, suponiendo que pudiera elegir, no sabría ni qué contestar, tanto tiempo sin pensar en mí, me nubla el entendimiento para discernir lo que me conviene, es increíble a lo que he llegado, una total apatía me embarga.

Sé que necesito hacer cambios, porque al final, la que permito esta situación soy yo. No tengo fuerzas para enfrentar este reto tan positivo para mí, así que lo más seguro es que siga como estoy. Eso si, añorando continuamente una vida diferente con la que en el pasado he soñado.

Y así lo voy llevando, unos días mejor, y otros fatal, con un tremendo estrés, que me ataca sin piedad. Metida en una dinámica bastante aburrida que me hace sentir frustración, pero acabo consolándome con un -esto es lo que hay-, y tiro para delante como puedo.

Vivir no es nada fácil, y cambiar la realidad construida nos impone mucho, por lo que la mayoría de las veces, nos quedamos por costumbre con lo que no nos hace felices. Tendemos a encumbrar cualquier detalle de la rutina para conformarnos con lo que tenemos y así evitar lo nuevo por si acaso…

 

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s