La realidad de los sueños

Siempre han existido los sueños, y cada noche nos acompañan, recordándolos unas veces y otras no. Esto es lo habitual, aunque siempre hay excepciones, como aquellas personas que están convencidas de que jamás han soñado, o las contrarias, que sueñan mucho, e incluso pueden tener sueños premonitorios.

Que no los recordemos, no quiere decir que no los vivamos. Están ahí, en alguna parte de nuestro inconsciente, al que accedemos cuando dormimos, situación en la que somos capaces de abandonarnos.

La mayoría de las veces pueden parecer sueños absurdos, relacionados con vivencias cotidianas a las que nos enganchamos. Con los que podemos reír o llorar, dependiendo de las emociones que se muevan, y que necesitamos liberar.

Lo que parece estar claro, es que se trata de vivencias que nos hacen sentir infinidad de sensaciones, pues las vivimos como reales mientras duran, y cuando nos despertamos las olvidamos, salvo en determinados casos, que por lo real que aparentan ser, se quedan en nuestra memoria, y es cuando tratamos de entender qué ha pasado, buscando una explicación coherente, para convencernos de que no tiene ninguna importancia. Después de todo, ¡sólo es un sueño!.

Unas veces se trata de cosas divertidas, y nos lo pasamos en grande. Sin embargo en otros sueños pasamos mucho miedo, soñando con desgracias, animales feroces o cualquier otra atrocidad que nos inquieta. Incluso podemos llegar a sentir una gran angustia al vernos perseguidos y amenazados por quien sea que quiere hacernos daño. A veces, incluso nos salimos del sueño a media noche gritando, negándonos a vivir la historia que nos hace sufrir tanto.

Imagino que debe de haber varios tipos de sueños, incluso algunos pueden llegar a ser repetitivos en una sola persona, y aunque no me he dedicado a investigar su clasificación científica, sí que puedo hablar desde mi experiencia, que por cierto, ha sido siempre bastante intensa y durante muchos años.

No es que yo sea una experta en sueños, ni en su procedencia o en su interpretación, es que simplemente en mi vida han tenido suma importancia por las vivencias que con ellos he tenido desde siempre.

Recuerdo cuando era niña, que cada vez que mi madre se levantaba era bastante habitual hablar sobre los sueños que ella había vivido esa noche. Casi siempre se cumplían a rajatabla después de pasado un tiempo. Con pelos y señales, tal cual nos los contaba.

Esto no siempre eran buenas noticias, y esta cuestión, a mí, particularmente me acongojaba bastante. Recuerdo una noche, siendo muy pequeña, en la que de repente me despertó, llorando e histérica. Mi padre estaba de viaje, y le acababa de ver en su sueño envuelto en un terrible accidente. – ¡Despiértate nena, algo le ha pasado a tu padre!.- me gritó. Yo no podía hacer nada, pero ella no tenía a nadie más en ese momento para contárselo y desahogarse de esta forma.

Sólo fue un gran susto, finalmente no ocurrió nada, pero su miedo la sacó del sueño y, en esa ocasión, no pudo ver el final del drama. Esta vez tuvimos suerte. Pero en ese momento fui consciente, por primera vez, del sufrimiento que le generaba a mi madre el tener acceso a esa información, y la impotencia que la acompañaba el no poder hacer nada al respecto, al menos, la mayoría de las veces.

Pero no todo era áspero, también había muchas veces buenas noticias que llegaban por adelantado a su realización. Se puede decir que jugábamos con ventaja en ciertas cuestiones, aunque, sinceramente creo, que el saldo no compensaba.

Me acostumbré a ver esta situación como normal. En vez de hablar del tiempo, el tema primordial de conversación a primera hora, eran siempre los sueños. Y como para mi era algo normal, se lo contaba en el colegio a mis amigas, hasta que descubrí que sonaba raro y entendí que en los demás hogares de mi entorno no ocurrían estas cosas. Por eso, opté por callar para ser «normal», una más…

Han sido tantas y tantas las experiencias vividas a través de estos sueños, que definitivamente han marcado nuestras vidas. A veces, incluso encontrándome lejos de casa, debido a mis estudios, mi madre me llamaba para contarme algo que había visto que me iba a pasar, y efectivamente así ocurría. Me asustaba el hecho de pensar que no le podía ocultar nada a ella, pues normalmente eran temas de suma importancia para mí, y los veía tan claros en sus sueños que me dejaba alucinada.

¿Que cómo vivía yo esta situación?, pues con una perpetua incertidumbre. Aprendí a vivir con esta circunstancia, conociendo a veces mi destino antes de que ocurriera. Puede que suene raro, ¿pero qué podía hacer?. Realmente nunca me sentí condicionada, esto me enseñó a confiar en la vida y en algo superior a mí, que me cuidaba.

Un buen día, no hace mucho, sucedió algo insólito. Mi madre dejó de soñar. Creo que de alguna manera su mente, ya frágil, la protegió, y creó un muro que la distanciaba del mundo de los sueños. Simplemente, ya no podía con ellos, se había debilitado con el paso del tiempo. Ahora vive más tranquila, sin tantos sobresaltos, pero añora esta etapa, quizás porque la hacia sentir especial de alguna manera.

Nosotros decidimos en qué creer, en qué realidad estamos en cada momento. Es posible que sólo haya un mundo, o quizás haya varios en los que nos movemos sin saberlo cuando nuestra mente programada descansa, y nos deja en libertad. Nadie puede asegurar esto, pero si de algo estoy convencida, es que nuestro potencial real es inmenso. Y solo conocemos la punta del iceberg.

Lo que he sabido hace poco, es que a su madre, mi abuela, le había ocurrido lo mismo respecto a los sueños. Un familiar cercano se atrevió a decirme que este don, o como queramos llamarlo, parece que puede ser hereditario, y en este caso, podría viajar a través de las mujeres de la familia. Me asusté bastante la verdad, pero esto ya forma parte de otra historia…

11 comentarios sobre “La realidad de los sueños

  1. Qué identificada me he sentido. Yo no lo cuento, los escribo cada mañana al despertarme, y luego cuando suceden me sorprendo o me asusto, depende de la situación. A mi madre no le ha pasado jamás (ni recuerda lo que sueña) pero sí a mi abuela. Los «beneficios» pueden ser muchos, aunque no sean noticias bienvenidas. Internamente he estado preparada para cosas que a mi familia luego le costó mucho aceptar. Yo ya lo tenía escrito, llorado y vivido antes de tiempo. Son como anticipaciones constantes. Pero no quiero investigar ni saber mucho más. Me costó tiempo aceptar que podía ser posible. Y es la primera vez que encuentro un escrito sobre alguien con la misma vivencia. Gracias por compartirlo (nunca sabemos a quién le llega de manera especial lo que escribimos… gracias!).
    PD: a veces, sigo asustándome con la claridad de los sueños y luego con la realidad que me suena a cachetada. Ojalá alguien pudiera soñar conmigo y así no sentirme tan sola… ese es mi sentimiento.

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    1. Hola Poli,
      Me alegra mucho saber que mi experiencia te ha llegado al corazón.
      Por si te ayuda, creo que eres una afortunada por vivir los sueños de esta forma,
      porque la información que se recibe es muy valiosa.
      Y por si te ayuda te diré, que nunca estás sola… y te cuento que incluso es posible soñar el mismo sueño a la vez, con una persona especial para ti.Lo sé por experiencia…
      Asi que te deseo que pronto se haga realidad en tu vida.
      Muchas gracias por ser tan sincera, Un gran abrazo
      Lo sé por

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  2. Me ha parecido muy interesante tu entrada sobre el mundo de los sueños. Fascinante lo que cuentas. Yo he estado interesada por los sueños desde mi niñez hasta que una día, en mi adolescencia, tuve un sueño que cambió mi vida durante más de diez años. A partir de ese día inicié un diario de sueños que dura hasta hoy. La cosecha ha disminuido, pero sigo escribiendo mis sueños, en grandes cuadernos blancos, como una amanuense encantada…

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  3. Hola, todo lo relacionado con los sueños es interesante e intrigante a la vez.

    Yo suelo tener sueños simvbólicos de situaciones especiales en mi vida, otros son sueños con una historia completa y coherente, algunos los he hecho cuentos, otros los he publicado como sueños, te comparto uno de estos últimos, lo escribí tal como lo soñé, sin ficción.
    https://serunserdeluz.wordpress.com/2016/07/04/anoche-te-sone-el-sendero/
    Abrazos de luz

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