El dolor que siento

Permaneces quieto, expectante, pero se huele tu presencia,
tiendo a esconderte muy dentro de mí como siempre,
pero ya no puedo, me niego a tenerte miedo una vez más,
estoy decidida a que emerjas para poder encontrarte.

Me otorgas complacencia cuando te vivo intensamente,
sublimas mis sentidos cuando te siento de forma consciente,
ya no te oculto, te respiro y te doy tu verdadero poder,
a partir ahora serás mi compañero inseparable.

Ya no te huyo ni te enfrento, solamente te abrazo,
me doy la libertad de poder descubrirte con amor,
llegó el momento de entregarme a ti para sanarte,
y así poder volar hacia mi autenticidad real.

No es nada fácil este nuevo reto que me ha llegado,
entraña mucha fuerza y coraje para llevarlo a cabo,
pero nada importa más que resolver definitivamente,
aquello que internamente me hace tanto daño.

El camino está claro cuando desaparece la maleza,
ya no hay distancia que me abrume o me agote,
estoy dispuesta a afrontar lo que vaya saliendo,
me siento afortunada por tanta fortaleza.

Madura así mi alma cuando consigo liberarte,
me arrebatas de forma sutil mi dulce inocencia,
creas en mí, esperanza para crear una vida nueva,
albergando alegría natural y verdadera felicidad.

Queda atrás todo resquicio de pesadumbre y duda,
me abro a lo nuevo, a lo auténtico que hay en mí,
se terminaron las poses, los lastres que arrastraba,
un mundo nuevo y hermoso se abre ante mí.

Anuncio publicitario

2 comentarios sobre “El dolor que siento

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s