Me asomo a la ventana de la esperanza
para encontrar un halo de armonía.
buscando sombras y claros divinos,
que muestran el camino de mi vida.
No sé si la fe profunda me inspira,
para seguir vagando por este mundo,
pero sí eleva mi alma a las alturas,
donde puedo admirarme con verdad.
Mi respiración se torna serena,
bendiciendo mi corazón con alegría,
jugando con la realidad cotidiana,
siempre libre para elegir sin miedo.
Desaparecen las cadenas misteriosas,
también los retos imposibles de ganar,
toda la fuerza del universo se ha unido,
para ofrecerme la máxima felicidad.
El destino ha decidido quererme,
sin condiciones ni duras exigencias,
ahora yo, me abandono a sus deseos,
viviendo en cada regalo su esencia.
Bello poema… La felicidad es el propio sentido de la vida. Sentido que es camino e inteligente dirección. Cuanto más coincidamos con él, más felicidad nos honrará.
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Muchas gracias Montse, totalmente de acuerdo.
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bonito
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Gracias!! Un abrazo
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Bella esta poesía! Me encantó Anita!❤️
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Muchas gracias, me alegro de tenerte por aquí.
Un abrazo
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Lindo!
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Gracias!¡ un abrazo!
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