
Aunque nos cueste reconocerlo, nuestro principal ingrediente es el amor. Por eso nos pasamos la vida buscando fuera de nosotros aquello que llevamos dentro, para poder sentir la plenitud de nuestro ser y poder escapar así del vacío que nos crea todo lo superfluo que nos vende el mundo como real.
No hay remedio alguno para el desamor interno que sufrimos; ningún otro ser humano puede llenar ese hueco lleno de sombras que nos empujan al vacío. La decisión de amarnos profundamente a nosotros mismos es lo único que remediará ese sufrimiento que no nos deja ser felices y disfrutar de la vida.
Brillemos como el cuarzo rosa, que el amor puro simboliza, y con la misma humildad podremos ser capaces de recoger los pedacitos del muñeco roto que ahora somos, para volver a reconstruir el ser especial que hemos venido a ser. Haz camino, caminante, y ve sembrando amor puro por donde pases, que seguro recogerás lo mismo que das, quizás un poquito más adelante…
Qué razón tienes que que bonito lo dices…..
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Muchas gracias Eva, me alegro de que te guste! Un abrazo!
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